14 de abril de 2008

Oración de la Luz


Con la venida de Jesús, Dios se compromete en un verdadero intercambio con cada ser humano. Estando más allá de lo que podemos comprender, Dios permanece muy cercano.
Por amor, Él ha querido compartir nuestra existencia. Se ha hecho hombre. Más aún: dando su vida en la cruz, Jesús elige el último lugar. Al cargar sobre sí lo que nos separa de Dios, asume nuestra propia persona y toda la humanidad. A cambio, nos comunica su propia vida. La creación entera comienza ya a ser transfigurada.
Para nosotros este intercambio con Dios se realiza en la oración: por su Espíritu Santo, Dios viene a habitarnos. En su palabra y los sacramentos, Cristo se da a nosotros. En respuesta, podemos abandonarnos totalmente en él. (Carta de Cochabamba 2008)

No hay comentarios: