11 de noviembre de 2008

Taizé en Latinoamérica

La oración en común, el canto, el silencio y la meditación personal pueden ayudar a redescubrir la presencia de Dios en nuestra vida y a reencontrar una paz interior, un « por qué vivir » o un nuevo impulso.
Haciendo la experiencia de una vida sencilla compartida con los demás nos recuerda que Cristo nos espera en nuestra existencia cotidiana tal como es.
Algunos jóvenes buscan cómo seguir a Cristo para toda la vida.
Venir a orar puede ayudar a discernir esta llamada.

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