23 de octubre de 2008

Encuentro de Oración


(...) Dentro del alma, en su centro,
está, de pie sobre una sola pata,
un pájaro: el Pájaro del Alma.
Él siente todo lo que nosotros sentimos.
Cuando alguien nos hiere,
el Pájaro del Alma vaga por nuestro cuerpo,
por aquí, por allá, en cualquier dirección,
aquejado de fuertes dolores.
Cuando alguien nos quiere,
el Pájaro del Alma salta,
dando pequeños y alegres brincos,
yendo y viniendo,
adelante y atrás.
Cuando alguien nos llama por nuestro nombre,
el Pájaro del Alma presta atención a la voz
para averiguar qué clase de llamada es ésa.
Y cuando alguien nos abraza,
el Pájaro del Alma,
que habita hondo, muy hondo dentro del cuerpo,
crece, crece,
hasta que llena casi todo nuestro interior.
A tal punto le hace bien el abrazo.
(...)
Pero sucede que el Pájaro del Alma nos llama,
y nosotros no lo oímos.
¡Qué lástima!
Él quiere hablarnos de nosotros mismos,
quiere platicarnos de los sentimientos que encierra en sus cajones.
Hay quien lo escucha a menudo.
Hay quien rara vez lo escucha.
Y quien lo escucha sólo una vez.
Por eso es conveniente
ya tarde, en la noche,
cuando todo está en silencio,
escuchar al Pájaro del Alma
que habita en nuestro interior,
hondo, muy hondo, dentro del cuerpo.

Poema de Mijal Snunit, una escritora hebrea de cuentos para niños y jóvenes

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