
Todos recordamos el terremoto del pasado 15 de agosto del 2007, que afectó seriamente a los pueblos y ciudades de Chincha, Pisco, e Ica. Muchas viviendas, cerca de un 60% de adobe, se desmoronaron. Desde el comienzo como Iglesia y como obra de la Compañía de Jesús mostramos nuestra solidaridad y apoyo de diversas maneras. Pero hoy sigue siendo urgente y necesaria esta solidaridad con nuestros hermanos más pobres. Ahora es urgente apoyar en la etapa de reconstrucción y ofrecer a la población afectada nuevas posibilidades de desarrollo.
Trabajaremos en la construcción de viviendas definitivas, concretamente en la elaboración de bloquetas (ladrillos), abrir zanjas para los cimientos, etc (labores de albañilería, o mano de obra no calificada).
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