6 de abril de 2008

Totos y Veracruz

Totos -Veracruz Enero 08

Siguiendo la tradición del Colegio, este verano 2008 un grupo de alumnos, exalumnos, profesores y jesuitas nos fuimos a hacer la experiencia de labor social a Ayacucho. Este año era la primera vez que un grupo de nosotros iba ir a quedarse en Totos y Veracruz, en Cangalllo, porque el año anterior el grupo que fue solo se quedó una noche. Es imposible expresar a través de estas líneas el significado profundo que tuvo para cada uno de nosotros esta grandiosa experiencia. Por ello, solo intentaré narrarles mi experiencia, la que puede coincidir en varios aspectos con las de mis compañeros, pero también tiene su propia singularidad. Es mi deseo motivar y animar a otros a vivir lo que nosotros vivimos y también con lo escrito cumplir parte del compromiso que hicimos.

Día 1
Me levanté temprano y luego de un desayuno ligero me fui al colegio. Hubo una misa y después esperamos conversando a que llegarán los buses. Estos llegaron y nos embarcamos a esta nueva experiencia con todos nuestros miedos, ansias, expectativas, preocupaciones, etc. Durante el recorrido pasaron películas y muchos comenzaron a sufrir los efectos de la altura. Al llegar al puericultorio, luego de desempacar, nos ubicaron en un cuarto y tuvimos una reunión previa con los que iríamos a Totos. Después jugamos varios juegos de cartas y de lonche solo tomamos mate y algunos panes. Finalmente nos fuimos a dormir y una rata que rondaba por ahí nos hizo compañía.

Día 2
Despertamos temprano y tomando un desayuno ligero nos embarcamos hacia Totos. El viaje fue larguísimo. Llegamos a la casa parroquial y nos prepararon el almuerzo allí mismo. Tuvimos una reunión sobre temas generales e indicaciones y salimos a pasear por los pueblos. Nuestro primer contacto con la gente fue en el partido de voley y la pichanga que nos jugamos ese día en la tarde. A las 7.00 p.m. tuvimos una misa en Veracruz donde escuchamos los cantos en quechua que días después cantaríamos con mucha devoción. En la noche solo nos tomamos un mate y evaluamos el primer día viendo también que haríamos los días siguientes. Dormimos todos en dos cuartos pues el otro estaba mojado (excepto algunos que dormían adentro en los otros cuartos de la casa). Para muchos era la primera vez que dormían en la tierra y con ese frío.

Día 3
Desayunamos un plato de segundo para tener energía en lo que se venía: el trabajo en la chacra. Caminamos varios minutos hasta llegar a ella y nos indicaron que recogeríamos piedras. Llamaron voluntarios para bajar abono de la carretera hasta allí y yo fui con ese grupo, subir el cerro de nuevo fue indescriptiblemente agotador. Arriba tuvimos que esperar buen rato y terminamos bajando sacos de papa en vez del abono. Dejamos los sacos abajo y nos fuimos por otro camino porque no queríamos volver a subir el cerro. Llegamos muertos y hambrientos a almorzar. Ya no almorzábamos en la casa sino donde unas señoras, Gabina y Yolanda, que nos cocinaban. Llegó también el resto y almorzamos todos. En la casa muchos nos bañamos pues apestábamos y estábamos bastante sudados. En la tarde salimos a pichanguear y luego tocó la misa en Totos donde cantamos canciones en español y en quechua (aún no nos habíamos aprendido las canciones). Evaluamos y nos fuimos a dormir (nos quedamos en el cuarto solo algunos que en adelante nos haríamos mucho más patas por ser del mismo cuarto).

Día 4
Nos levantamos, desayunamos y nos fuimos a misa en Totos. Era bajada de reyes, y era costumbre allí celebrar de una manera muy peculiar y extraña para nosotros. Reventaron cohetes dentro de la iglesia y entraron bailarines bailando y un joven que tocaba el arpa. Nos pudimos percatar que uno de los señores, que tenía una máscara, estaba bien borracho. Nos invitaron chicha de jora y tuvimos que aceptar. Luego nos fuimos a traer leña para que las señoras tuvieran con qué cocinar. Almorzamos y teníamos un partido de fútbol en el estadio con la gente de allí. Fuimos al encuentro pero nadie llegó. Fuimos a Totos y algunos entraron a cabinas. Paseando por ahí nos encontramos con la gente que nos había dicho para el partido y nos fuimos al estadio a jugar. Pusimos aguantar todo el partido y logramos ganar. Compartimos unas gaseosas con las personas a las que les jugamos el partido y después corrimos a la casa porque comenzó a llover. Jugamos killer y asesino en la casa y me quedé con algunos en la casa. Cuando íbamos a tomar lonche nos trajeron la comida así que nos quedamos en la casa a comer. Evaluamos y dormimos.

Día 5
Nos levantamos y después de desayunar nos dividimos en dos grupos. Unos se fueron a la iglesia de Totos a trabajar allí y algunos nos quedamos en la casa para cavar un hueco para la basura y también hicimos algunas gradas. Descansamos esperando a los otros y nos fuimos a almorzar. En la tarde fuimos a Huanupampa que es un pueblo mucho más pobre y donde no había tenido misa hace 25 años. Regresamos, tuvimos nuestra misa de cada día y después de evaluar y tomar lonche nos fuimos a descansar.

Día 6
Hoy tuvimos trabajo físico en la iglesia de Totos arrancando el pasto para después sembrar allí. Volvimos temprano para poder preparar nuestras clases. Me tocó enseñar en primero de primaria en Totos y fue una experiencia bien bacana. Comimos y un grupo se fue a la secundaria de Totos para ver si iban a enseñar y se quedaron cuatro allí. La tarde fue libre para los demás y en la noche lo usual: misa, lonche, evaluar, dormir.

Día 7
9 de enero. Cumple de Ballón. Desayunamos y preparamos clases. Fui a enseñar al mismo salón. En la tarde seguimos trabajando en la iglesia y regresamos cargando un pedazo largo de pasto con la lluvia que nos empapaba. En la noche hicimos lo de siempre pero al evaluar hubo cierta tensión y discutíamos por los baños que se habían atorado. Marvin planteó conversar en grupos pequeños sobre los temas de fondo que eran responsabilidad y jerarquía y así lo hicimos. Al final acabó bien aunque nos extendimos demasiado evaluando y dándole vueltas a lo mismo. Víspera de mi cumple.

Día 8
10 de enero. Mi cumpleaños. Mitad del viaje. Recibí muchos saludos. Desayunamos y trajimos leña. Continuamos el trabajo en la iglesia sembrando flores y rosas. Había que mover una piedra enorme y entre varios lo lograron. Regresamos los que teníamos clases y tuve que improvisar un papelógrafo con adivinanzas que el profesor me había pedido. Fui a clases como siempre y luego a almorzar. Recé y descansé un poco. Antes de la misa me confesé con Benja. Toqué las campanas con Víctor y Harry. En la misa la gente me saludo y fue algo bien paja. Traté de llamar a mi casa paro el teléfono me dijo No. Evaluar y dormir.

Día 9
Hoy día nos tocó ir a unas ruinas que quedaban como a media hora del pueblo. Melquíades era nuestro guía y lo ayudamos a hacer un trabajo en su chacra que quedaba en el camino. Arriba estaba lleno de espinas y bajar fue toda una aventura. Llegamos a comer con hambre. En la tarde limpiamos un poco y cambiamos los focos de la iglesia de Veracruz. Al regreso me puse a leer mientras que los demás jugaban cartas o hacían otra cosa. En la noche me quedé y me bañé mientras algunos estaban en misa. Después de la cena pude llamar a casa y tuvimos una evaluación bien breve. Chafas se vino a dormir a nuestro cuarto y pagó su cuota.

Día 10
Hoy día desayuné adentro y me percaté que a las señoras les gustaba el chocolate. Llamé a mi casa y di el número para que me llamen. Iniciamos el retiro con indicaciones previas y una reflexión. Nos repartieron las hojas y salimos a donde quisiéramos. Regresamos y compartimos en grupos chicos y luego volvimos a salir con otra hoja para reflexionar. Almorzamos y continuamos con el retiro reflexionando y luego escribiendo una carta a la persona que quisiéramos. Preparamos la misa y luego asistimos a esta. Fue una misa especial. Ya en la noche cantamos un remix de canciones de confirma o otras canciones que tocaba Pikarón. Cantando y escuchando nos dormimos.

Día 11
Desayunamos el rico mondongo. Me quité con José y el chato a ver al tío pita (Alvino). Después nos fuimos a pichanguear con los que estaban y almorzamos de nuevo mondongo. Tuvimos un tiempo libre y en la tarde jugamos un partidazo contra el dream team de Totos y Veracruz. La mayoría creía que perderíamos pero le metimos garra y ganamos por goleada 5-1. Tomamos cifrut con ellos y descansamos un rato antes de ir a la misa. Luego de la cena acompañé a Chafas y Pikarón a llevar unas ollas de agua a una casa sin luz y llegamos tarde a evaluar.

Día 12
Se supone que hoy me levantaría temprano para una labor en la iglesia de Totos pero fue por la lluvia. Nos partimos para desayunar. Yo me fui a la casa de Melquíades y allí comimos nuevamente mondongo (ya saturados). Limpiamos y ordenamos un poco la casa porque ya mañana partíamos. En el cuarto hablaban de técnicas, llaves, mechas y esas cosas. Luego de almorzar fuimos al colegio de Totos para la graduación pero nos enteramos que era en la noche así que regresamos y tuvimos la tarde libre. Varios de nosotros fuimos a una catarata donde había una piedra blanca enorme y salía agua caliente. Al regreso hubo pelea con hondas en la losa de Veracruz y luego la misa de despedida a la que no asistieron varios. Después del lonche algunos nos fuimos a la graduación de los de sexto y nos tardamos porque era complicado salir (nos pedían que nos quedáramos e insistían). Benja se asó no porque algunos llegaron un poco tarde sino que ya venía asado por la ausencia de varios en la misa de despedida en la que se bendijo a varias personas. Así que no hubo evaluación y cuando nos preparábamos para dormir llega un grupo de personas a despedirnos tocando huaynos de allí y así nos quedamos bailando hasta tarde e intentando cantar algo de música criolla que no sabíamos.

Día 13
Nos levantamos a las cuatro y media para limpiar la casa y ordenar todo. Fuimos a misa en Totos y gritamos “Misa católica” por las calles para que vinieran a la última misa. Finalizada la misa algunos pobladores nos dirigieron palabras de gratitud que son bastante gratificantes. Nos dieron arroz con leche de desayuno. A la hora de irnos fueron algunas personas a la casa a despedirnos y nos regalaron cancha y también queso. La “Confe” subió al carro y nos tiró rosas. Un gesto inolvidable. Nos fuimos sin querer irnos y recordando lo que nos pidió la gente de allí, no olvidarla. Llegamos al puericultorio y nos pareció un hotel. Comimos y algunos salimos a la ciudad a pasear. Extrañábamos saludar y que nos respondieran, el barro en las calles, y muchas cosas. Fuimos a “la miel” y luego regresamos a tomar lonche en nuestra casita. A mí me tocó en una casa muy acogedora con niñas muy pequeñas. Recibí mucho cariño allí a pesar del poco tiempo que estuve. Evaluamos la experiencia en Totos, cosa que íbamos a hacer el último día, y luego de un rico baño con agua tibia me fui a dormir.

Día 14
Nos levantamos temprano a desayunar en nuestras casitas y visitamos el museo de ANFASEP (Asociación Nacional de familiares de secuestrados, detenidos y desaparecidos del Perú), mientras que en el puericultorio estaban en gymkana. Creo que el museo era bastante interesante y transmitía muchas cosas. Estuvimos luego en una feria artesanal donde algunos compraron cosas. Acabamos esa visita en la Iglesia de la Compañía y retornamos a comer chicharrón todos juntos. Con Jose y César nos fuimos al Fe y Alegría para visitar y en el camino nos encontramos con Alvino. Estuvimos un rato en el FyA y luego fuimos a la plaza. Pasamos por el mercado comprando algunas cosas y luego de comer en “la miel” regresamos. Se jugó una pichanga Totos- Huamanga y ganamos. En la noche hicimos un círculo y nos pusimos a cantar canciones con todos los que habíamos estado en Totos. Tuvimos una última misa en el puericultorio todos juntos y terminamos cantando el himno del colegio. Las niñas nos habían preparado una sorpresa que eran números de bailes y nos alegró mucho eso. Luego de las fotos y todo nos pusimos a compartir las dos experiencias y acabamos cantando los cumpleaños de Ballón, Chamo y el mío. Nos secamos unos vasos de vino y finalmente nos fuimos a dormir.

Día 15
Nos levantamos y tomamos desayuno por última vez en nuestras casitas. Nos despedimos emotivamente de todos y partimos rumbo a Lima. Durante el viaje pasaron Harry Potter 5, Xmen 3 y Episodio III. Tras 8 horas de viaje llegamos a Lima y nuestras familias nos reciben muy emotivamente. Es así que acabó nuestra experiencia y en Lima cada uno volvió a lo suyo. Sin embargo no olvidaremos todo lo que vivimos, la gente, los paisajes, los niños y niñas, el mondongo, el Aputaytayku, a la Confe, a Melquíades, y tantas personas que conocimos y tan gratos recuerdos que quedaran en nuestras memorias. Ahora en Lima, como dijimos allí, buscamos aplicar lo aprendido y compartir nuestra experiencia con todas las personas que podamos. Challa mama challa….tramposuche…


Descripción del lugar

Totos y Veracruz son dos pueblos vecinos ubicados en la provincia de Cangallo a 5 horas de la ciudad de Huamanga. Como la mayoría de pueblos en nuestra sierra el cielo es celeste con blanco, o nublado cuando llueve, o bastante estrellado en las noches. El río que hay divide los dos pueblos (es también una metáfora para representar el conflicto que hay entre estas poblaciones pero también hay gente que busca la unión) y es usado también como basurero. Llueve muy seguido y las calles no asfaltadas se llenan de riachuelos y barro. Hay una plaza en cada pueblo, un estadio, dos losas, dos teléfonos públicos, un sitio con cabinas de Internet, bodegas con lo indispensable, postes de luz bastante separados, muchas áreas verdes, animales que transitan por las calles, campos de cultivo, cerros a donde mires, un sol que te cuartea la piel, un frío que te congela los huesos, charcos que no se secan nunca, y un paisaje hermoso.

Los servicios básicos de luz, agua y desagüe llegan a estos pueblos aunque no a todos los pobladores. La gente vive principalmente de la agricultura y la ganadería. Hay dos colegios de primaria y uno de secundaria pero no todos los niños asisten y hay mucha desorganización en estos. Cada pueblo tiene su propia parroquia pero las misas son cada dos meses o más con un párroco que no vive allí (antes si había uno). En Huanupampa (un anexo de Totos) nos contaron que no habían tenido una misa en 25 años. No es muy usual ver pasar carros (la gente se moviliza caminando). Amanece más temprano y oscurece también más temprano por lo que la gente sale a trabajar de madrugada y se acuestan alrededor de las ocho. El agua es heladita, la comida bien nutritiva aunque no hay tanta variedad como aquí, y hay mucha diversidad en flora y fauna.

En el aspecto cultural social la gente es muy amable y te saludan sin conocerte. También hay muchos hombres que toman y se emborrachan (sobretodo en fiestas). Tienen muchas costumbres y tradiciones que llegaron a impactarnos a muchos de los que fuimos porque eran bastante diferentes a las nuestras. Su manera de vivir la fe también es muy particular pero son muy devotos y las “mamitas” de allí se sabían muchas canciones de misa en quechua. El machismo está presente en estos sitios como en muchos otros pueblos de nuestra sierra. La gente al principio desconfía un poco porque no sabe a qué vamos ni nada pero poco a poco es posible entablar lazos con ellos y son gente muy amable como dije que comparte lo poco que tienen desde su pobreza. Estos pueblos fueron muy golpeados durante la época del terrorismo y aún muchos tienen cicatrices de lo que sufrieron durante esos años. También en la escuela pudimos evidenciar qué olvidados han sido estos pueblos por el Estado y también por qué no decirlo de nosotros como peruanos. La educación es de baja calidad y las clases no son regulares ya que muchos profesores no son de la zona.

En los pocos días que estuvimos allí pudimos ver y vivir muchas de estas condiciones y contextos en los que viven estas personas pero a pesar de todo tuvimos ciertas comodidades que ellos no gozan como dos waters y una ducha, plata para comprar en las bodegas, no trabajamos para poder comer, teníamos sleppings para dormir y algunas cosas personales que ellos no usan o hasta desconocen. Es decir que si bien la experiencia nos acercó mucho a esta realidad hay varias cosas que aún no entendemos del todo o que desconocemos.

Los que fuimos

A la cabeza del grupo está Benjamín que era el que hacía la misa diaria y también el encargado de la experiencia en general. También habían otros dos jesuitas acompañándonos: Marvin, teólogo ayacuchano, que sabía quechua y nos apoyó mucho en los trabajos y también en las evaluaciones y oraciones; y Alex, “el churre”, que fue un buen back para nuestro equipo cuando jugamos con la gente de allí y también nos apoyó mucho en los trabajos y demás actividades. Daniel Gamarra fue nuestro coordinador que se encargo de organizar el trabajo. También fue muy importante la presencia de Víctor que es ayacuchano y ya había ido alguna vez a estos pueblos. Dos profesores del colegio estuvieron acompañándonos: Sergio y Roberto. Finalmente, y no por mencionarnos al último menos importantes que el resto sino más bien muy importantes y responsables de que la experiencia saliera bien, todos los exalumnos y alumnos de cuarto y quinto que fuimos.

Durante el tiempo que pasamos allá el grupo se fue consolidando y había bastante confianza entre nosotros lo que ayudó también a que saliera mejor el trabajo. Es bien interesante y muy bacán vivir este tipo de experiencia con gente de tu mismo colegio y aunque algunos tenemos diferentes edades y diferente maneras de pensar llegamos a establecer lazos de amistad muy grandes que permanecen aún después de acabada la experiencia. Esto nos llevó, ya en Lima, a realizar reuniones con la gente con la que estuvimos allá para recordar momentos y compartir anécdotas juntos.

Apuntes, ideas y frases acerca de lo vivido y evaluado durante esos días

Sentirse finito, limitado. Existen imposibles. Llamados a trascender. Al dejar actuar a Dios en mí es posible lo imposible (en Él). Reflectir, recordar, reflexionar sobre experiencias, momentos,… para caer en la cuenta de la presencia de Dios en cada una de ellas. La jerarquía es necesaria para llevar mejor el trabajo (de manera organizada) y alcanzar los objetivos comunes. Ligada al respeto. Igualdad, trabajamos por lo mismo. Justos pagan por pecadores. Ser flexibles pero con límites. No sacar conclusiones anticipadas ni hacer prejuicios. Saber que pensamos diferente. Ser tolerantes. Soltar las cosas, no cargarnos. Buscar hace siempre más. Magis. Inmaculados. No conformarnos con el trabajo asignado. Sacarnos la mugre trabajando en lo poco que nos queda. Dormir muertos, comer hambrientos, descansar cuando ya no podamos más. Tampoco excedernos. Saber hasta donde aguanta nuestro cuerpo. No competir con el otro sino con nosotros mismos. No creernos más por hacer determinada tarea o tener cierta responsabilidad. Estar a solas conmigo mismo, a solas con Dios, dejarlo hablar, saber escucharlo (no ser sordos), dejarlo actuar, sentir su gracia, aceptar su invitación. El silencio (una respuesta) dice algo.

Ser agradecidos, mostrar nuestro agradecimiento con obras. Saber que pedir, Dios sabe lo que necesitamos. Saber recibir, dejar el orgullo, ser humildes, aprender del campesino, de un niño/a, aprender de las caídas, del dolor, de cada momento. Estar abiertos a lo que se viene. Dar sin esperar nada a cambio; la satisfacción de hacer algo por ellos. En lo que se necesite. No trasladar esquemas que no ayudan. Algunas cosas solo sirven para determinado contexto. Por tratar de ayudar empeoramos las cosas. Preguntar que se necesita y conversar, entendiendo que la gente de allí conoce sobre cómo hacerlo. Trabajo conjunto, por ellos y con ellos. Aceptar lo que no podemos cambiar, entregarle a Dios nuestros miedos, angustias, dolores, preocupaciones, todo. Necesidad de discernir para descubrir qué es lo que quiere Dios, Su voluntad, a que me llama. Mis deseos y sueños más profundos convergen con los de Dios. Quiere lo que Dios quiere. Confianza plena. Abandonarse en sus manos, dejarse conducir. Ver, mirar, oír, percibir, sentir. Contemplar. Dejarse afectar, interpelar. Sentir y gustar las cosas internamente, las vivencias del día a día, disfrutarlas. Descubrir a Dios en lo cotidiano.

El retiro

Expectativas: ¿Qué esperaba? ¿A qué vine? ¿Por qué estoy aquí? Darme un tiempo para mí, lejos de Lima, de lo cotidiano, de mi familia, de mi casa, de mis amigos, etc. Reflexionar, encontrarme y encontrar a Dios. Aprender de esta gente, como viven, comen, duermen, trabajan, hablan, sienten, sonríen, juegan, viven su fe, etc. Darme cuenta de lo pobre que soy. Ver como viven muchos peruanos, conocer otras realidades, estar y sentir con y como ellos. Ayudar dando todo de mí, estando abierto a lo que se venga a lo que se necesite. Aprender mucho de ellos. Cuánto puedo recibir de ellos, enriquecerme. Valorar lo que tengo y dar gracias.

Ruidos internos. Quitarlos. Dejar Lima en Lima para meterme de lleno. Cosas de Lima: mi familia, tonos, playa, estar con mis primos, disfrutar de las vacaciones, computadora, televisión, otros. Incertidumbre de no saber qué esperar, miedo a lo desconocido.

Primera impresión ¿Cómo llegábamos?: Me pareció un pueblo bien bonito y acogedor. Tenía muchos paisajes hermosos. Me calmó saber que había duchas y baños porque no lo esperaba. Me costó un poco acostumbrarme a dormir en la tierra y con ese frío pero de ahí fue bien chévere.

Tanto Totos como Lima tienen cosas positivas y cosas que aún faltan mejorar mucho. Como peruanos deberíamos aprender a explotar nuestras diferencias, nuestra diversidad, recogiendo los aspectos positivos de ambas partes para acogerlas y afrontando juntos el reto de mejorar en lo que nos falte. Lima no es el Perú, ni Totos tampoco. Lima y Totos tienes mucho que aprender el uno del otro. No hay que subestimar a estos pueblo si tampoco sobrestimarlos sino valorarlos por lo que son. El trabajo y el reto de que el Perú progrese y se desarrolle nos competen a todos.

Iniciar un cambio, y que este se lleve a cabo por complete, toma tiempo. La gente esta acostumbrada a un estilo de vida, a una estructura, a un sistema que si bien nos ordena y organiza también nos limita, a veces hasta el punto de que no nos deja avanzar. En este sentido Jesús nos invita ser contraculturales si es que la búsqueda de la mayor gloria de Dios y la construcción del Reino nos lo exigen.

El otro es inalcanzable. Jamás llegaremos a conocerlo en su totalidad. Es bonito saber que somos tan únicos y tan complejos que solo Dios puede conocernos de verdad. Somos iguales en Él, todos somos sus hijos amados.

Percibir y sentir a Dios en cada rostro. Dejar a los rostros hablar y escuchar lo que nos dicen. “Confe”, su hijita –que era linda-, niños/as de mi salón, señores ebrios, el del caballo, el ecónomo, César, Gabina, Yolanda, las otras señoras de la cocina, el señor que asustó a algunos que se quedaron en la casa, el señor de la tienda, y todo la gente con la que tuvimos algún contacto o el hecho de mirarlos en realidad nos marcó. Rostros que me llaman, me invitan a amar, a hacer algo por ellos, a ser responsable con esta realidad que ahora conozco.

La Trinidad vió, contempló el mundo, la maldad, las injusticias, el sufrimiento,… y después de esto se sintió motivada, movida a hacer algo, a responder a este mundo necesitado de Dios. Enviaron al Hijo. Estamos invitados a actuar de la misma forma: luego de conocer esta realidad sentir llamados, movidos a dar una respuesta ante todo esto.

Dejar que esto nos afecte. Soy sensible ante esta realidad. Me afecta, me interpela, mueve algo dentro de mí, cambia mi visión de las cosas, mi manera de pensar, mi trato con estas personas. Apuntar a que esto nos invite a un cambio en nuestro estilo de vida y ser capaces de dar una respuesta coherente con lo que pensamos y decimos. Que nuestra respuesta o compromiso no se limite a un simple acto o algo para tranquilizar nuestra conciencia o demostrar que nos preocupamos por esta gente. Ir más allá buscando hacer lo que en verdad hace falta y puede ayudarlos acorde a su realidad.

Aprendí del mundo de la pobreza, a maravillarme de la creación: paisajes, cielo, animales, gestos, sonrisas, historias, rostros, todo viene de dios. A sentirme a gusto y feliz sin muchas comodidades. A valorar lo esencial de la vida y no necesitar tanto. A compartir así sea poco lo que tenga. A ser más amable, humilde, cariñoso. A que a pesar de haber pasado momentos difíciles y muy duros siempre hay motivos para mostrar una sonrisa. Que en el silencio, entre las montañas, en medio de la naturaleza y de todas estas personas, se hace evidente la presencia de Dios. Que la fe y también el deseo y las ganas de salir adelante es lo que ha permitido que estos pueblos progresen y vayan avanzando hacia el desarrollo. A que un rostro puede afectar muchísimo. Que por tanto correr no nos detenemos apreciar lo bello que es vivir y lo maravilloso de nuestras vidas.
Que hay tanto por aprender, tantas cosas nuevas por descubrir. Que nuestro país es tan rico y diverso, que hay tanto por hacer. Que ayuda muchísimo darse una pausa para volver sobre lo vivido y mirar con esperanza al futuro. Que hay que reconocer y aprovechar nuestras diferencias para unirnos y saber que somos iguales en dignidad e hijos de un mismo Padre y de una misma patria. Que es necesario un cambio de mentalidad.

Ya en Ayacucho: evaluación general, compromiso, y ahora qué

Experiencia en la que hemos podido aprender, crecer, madurar. No comparar la experiencia en el puericultorio con la de Totos. Son distintas y desde ambas se puede hacer muchas cosas y también aprender mucho. Que no quede solo como experiencia. Aplicar lo aprendido en Lima. Compartir lo vivido. Invitar a otros a vivir esta experiencia. Nos costó regresar a Huamanga y nos chocó porque nos habíamos acostumbrado a las cosas de allá como el saludar a todos y caminar sobre el barro. Extrañar. No creerse más por haber estado en condiciones más difíciles. Valorar el trabajo. Ser humildes y sencillos. Volver sobre la experiencia de vez en cuando. No olvidar.

“Fuimos a dar y terminamos recibiendo, a enseñar y terminamos aprendiendo.”

Pablo Roca Sanchez
Alumno de 5º de secundaria
3 de abril 2008

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